SUPUESTO Nº 1 TEMA 2 PENAL

Nos encontramos en el Club Fluvial de Peñascales de la Sierra, donde existe una piscina de medidas reglamentarias para uso de los asociados.
A pesar de que la piscina no se usa demasiado, unos desgraciados días, por una concatenación de circunstancias difíciles de repetir, se producen tres muertes por ahogamiento.
A las 11,30 horas del día 1 de junio, encontrándose D. Prudencio Falsario con su esposa Prisciliana Simple disfrutando de las instalaciones deportivas, el marido ve como la esposa está paseando por el borde la piscina. Dado que D. Prudencio no soporta a su cónyuge, y está pensando en apoderarse del suntuoso capital de su mujer, viendo que ella está descuidada, y después de comprobar que no hay nadie en los alrededores (ni siquiera el socorrista de la piscina, que ese día no está de servicio), le propina un fuerte empujón a su esposa cuando ésta se encuentra a la altura de la parte más profunda de la piscina. D. Prudencio sabe perfectamente que su esposa no sabe nadar, y que con toda seguridad se va a abogar Ella grita desesperadamente pidiendo auxilio, pero D. Prudencio ignora sus peticiones de auxilio y contempla cómo se ahoga. Acto seguido, se va al bar a tomarse tranquilamente un «daiquiri». Cuando le comunican que han encontrado ahogada a su esposa, se deshace en lágrimas de cocodrilo, relamiéndose por dentro al pensar en la herencia.
A las 12 horas del día 2 de junio, D. Ernesto Gallina se encuentra con su amigo D. Hermesindo Desgradas, disfrutando también de las instalaciones deportivas. En un momento dado, D. Bermesindo se encuentra nadando, y sufre un fuerte calambre, que le impide mantenerse a flote. Pide socorro a gritos a su amigo. D. Ernesto se queda quieto, paralizado por los nervios, y no ayuda a D. Hermesindo, a pesar de que en el mismo borde de la piscina hay una cuerda con un flotador, que D. Ernesto podría lanzar al agua sin riesgo alguno para sí mismo, salvando a su amigo con tan simple actuación. Ni siquiera llama la atención del socorrista de la piscina, que se encuentra en su puesto. No lo hace, y D. Hermesindo muere ahogado.
En este segundo incidente, se encontraba presente, sentado en una silla alta cerca de la piscina, donde contempla perfectamente todo lo que pasa en ella, D. Eusebio Jeta, socorrista profesional encargado de la piscina. D. Eusebio ve todo lo que está pasando, pero dado que es un individuo poco dado a ayudar a los demás, temiendo correr peligro si intenta sacar a D. Hermesindo de la piscina, ignora sus llamadas de socorro, a pesar de oírlas perfectamente.